jueves, 15 de marzo de 2012

El mercado mundial del imperialismo

Bajo el capitalismo la economía tiende a concentrarse en pocas manos como nunca antes en la historia. Conforme se desarrolla este modo de producción, se crean empresas cada vez más grandes que dejan atrás el aislamiento y fraccionamiento heredados del medievo y la barbarie; en vez de esto, se crea un mercado en constante incremento, que alcanza hasta el último rincón del mundo y que tiende a abarcar hasta la última necesidad humana, e incluso llega a crear necesidades nuevas, todo en función únicamente del lucro de unos pocos.

El mercado mundial del capitalismo es diferente a los que se crearon en otras épocas; las grandes civilizaciones antiguas crearon redes comerciales que alcanzaron lugares remotos, pero en ningún caso se trató de un comercio vital para la sociedad en su conjunto, sino sólo de una empresa de personas opulentas que se apoderaban de los excedentes de la producción, los cuales trasladaban a tierras extranjeras donde los cambiaban por otros productos.

En la actualidad, en cambio, se trata de una actividad de vida o muerte para naciones enteras; pueblos enteros dependen del intercambio de aquellos productos que generan en mayor cantidad y calidad. Así, una masa de productos son enviados a otras regiones y países pues en los propios no hallarían quien los adquiriese una vez que las necesidades locales quedan satisfechas.

Este comercio mundial comenzó con los cambios sociales que tuvieron lugar en Europa occidental a lo largo de la Edad Media, cuando se formó una casta de mercaderes que traficaban con los excedentes de las producciones locales. Esto alentó la división del trabajo en aldeas y ciudades y comenzó a separar el trabajo agrícola del industrial, surgiendo la producción manufacturera, que remplazó a los gremios artesanos medievales. Las manufacturas tomaron para sí la técnica de la producción medieval, pero dejaron atrás toda restricción a los límites de la producción y se dedicaron a producir para obtener ganancias en metálico, dejando como meros anacronismos las retribuciones morales o estamentales.

Las ganancias de las manufacturas se reinvertían en la misma producción, sustituyendo y superando aquellos productos que producían los gremios y los artesanos de las aldeas. Los primeros productos así elaborados fueron los textiles, muebles, armas y herramientas, etc. El nivel tecnológico era bajo, las herramientas sencillas y todo el sistema dependía del trabajo humano así como de la tracción animal (molinos, carretas); sin embargo, la organización del trabajo había cambiado notablemente, pues se estableció la cooperación de los trabajadores en el taller centralizado, lo que acortó los tiempos de elaboración del producto, además, la unificación del taller permitió una administración centralizada, el racionamiento de la materia prima y los instrumentos de producción, etc., lo que le concedió a la manufactura capitalista notables ventajas sobre sus rivales gremiales y artesanales.

El artesano producía un artículo tras otro, luego se dedicaba a buscar donde colocarlo. La manufactura, en cambio, dejaba a los trabajadores y sus capataces a cargo de la elaboración del producto y el dueño, el capitalista, se dedicaba a buscar mercado para ellos. Esto representaba otras ventajas, pues el capitalista podía disponer de cantidades mayores de mercancías en cualquier momento, así como dinero, lo que le permitía sortear las dificultades de una demanda azarosa, malos caminos, escasez de materia prima, que son los riesgos que padece el comercio, y que el mercader del Medievo tenía que sortear sin el soporte amortiguador que significa poseer una producción propia.

Esta nueva organización del trabajo, a su vez, ahondó la división del trabajo, que pronto alcanzó a la propia manufactura, surgió la línea de producción rudimentaria en la que cada trabajador sólo hacía una parte del producto, lo que aceleró notablemente el ritmo de la producción.

Las manufacturas como producción en serie y empresas capitalistas pronto se convirtieron en el sector más vigoroso de la economía del Medievo tardío. El comercio de la época, basado en las necesidades de las élites, estaba volcado a los intercambios con Asia y África del Norte, de donde se obtenían objetos suntuarios y exóticos que rendían grandes beneficios. En cambio, el comercio dentro de la propia Europa era limitado e irregular, se hacía en ferias y mercados trashumantes, si se exceptúan las pocas rutas continentales existentes, como la Hansa (norte de Europa).

Los amos de este comercio eran los navieros y banqueros italianos y holandeses, todos ellos capitalistas inmersos en la sociedad feudal, a esa exigua clase se sumaron los manufactureros, que pugnaban por un mercado interior en la propia Europa, lo que los llevó a pronunciarse por la unidad comercial, sin trabas ni aduanas locales, con caminos mejores y más seguros.

De no haber cambiado la situación política del continente, los nuevos capitalistas habrían quedado rezagados y a expensas de los señores feudales, de los navieros y los banqueros, pero las revueltas dinásticas y populares que se desataron en Europa y particularmente en Inglaterra, Alemania, Holanda y Francia entre los siglos XVI y XVII golpearon el poder feudal que estorbaba la unidad nacional, y de estas luchas surgieron los Estados absolutistas, formas tardías del poder feudal regidos por monarcas que dependían tanto de la nobleza como de los banqueros y negociantes burgueses. Estas monarquías echaron abajo muchas trabas feudales al comercio y la manufactura y sentaron las bases para la unificación nacional de Inglaterra, Holanda, Francia e incluso Alemania, aunque esta última, como la de Italia, tuvo que esperar hasta el siglo XIX.

Por primera vez desde el imperio romano se establecía en Europa un mercado interior, complementado por el comercio con América, Asia y África. América en particular proporcionó a los invasores europeos un gran caudal de riqueza en forma de metales preciosos, oro y plata, que se transformaron en otros tantos medios monetarios que vinieron a superar la plata alemana. Esta “liquidez monetaria” permitió una mayor circulación mercantil, al sostener todo un sistema bancario de crédito con base en Inglaterra y Holanda que permitió financiar la actividad industrial y el comercio europeo.

Gracias a esto la producción industrial fue mejorando constantemente, aprovechando las invenciones y descubrimientos que culminaron hacia el siglo XVIII con la llamada Revolución Industrial, y que no fue otra cosa que la irrupción de la maquinaria en la producción industrial.

El empleo de maquinaria produjo un salto cualitativo en la industria, pues el trabajo en serie del obrero pasó a ser hecho por un mecanismo automático que realizaba una actividad uniforme, estandarizada, carente del “sello” de la mano humana. Había surgido la producción fabril, consecuencia directa y superación de la manufactura. La técnica heredada del feudalismo era finalmente superada.

Con la producción fabril culminó la separación del trabajador con respecto a sus medios para producir. A partir de entonces sólo podía ser un empleado asalariado de la empresa capitalista, pues aún en la manufactura tenía oportunidad de emanciparse y volver al taller artesanal. Ese tiempo llegaba a su fin; no es que los talleres artesanos hayan desaparecido por completo, sino que su carácter determinante de la producción social pasó a la manufactura y después a la fábrica.

La producción fabril se estableció primeramente en el ramo textil, pero con el paso del tiempo alcanzó prácticamente todas las ramas de la industria y aún la agricultura moderna es una empresa a gran escala que involucra maquinaria moderna y tecnología sofisticada.

Las empresas capitalistas crecieron con el paso del tiempo, sus actividades ganaron una influencia decisiva en la vida de los países. Con esto el comercio mundial sufrió cambios radicales, pues pasó de concentrarse en las exóticas especias de oriente a la exportación de los productos fabriles excedentarios y a la importación de materias primas y otros artículos destinados a una sociedad cada vez más vinculada al intercambio.

Este intercambio no transcurrió sin sobresaltos, no fue sencillo imponer productos foráneos a sociedades fundamentalmente autárquicas, muchas de las cuales ni siquiera tenían una economía monetaria. En estos casos se recurrió sin escrúpulo alguno a derribar las fronteras con cañones, opio, sobornos y misioneros. Desde la invasión de América hasta las guerras del opio, la guerra recorrió el mundo buscando reforzar, apuntalar al naciente sistema mundial capitalista.

Hacia los años 1870s, el capitalismo se había establecido firmemente en toda Europa occidental, Inglaterra, Francia, Holanda, Alemania, Italia, Suiza, Dinamarca, Escandinavia y Bélgica. Los EU y Canadá habían avanzado también en este sentido y emprendían una violenta expansión en sus territorios recién adquiridos al oeste.

Pero aparte de estos países, en el resto del mundo apenas se desarrollaba una producción mercantil simple. Los europeos habían adquirido territorios en todos los continentes en su búsqueda de oro, plata, especias y esclavos, pero la mayoría de estos territorios mantenían sus estructuras socioeconómicas, excepto aquellos donde se asentaban colonos europeos, como Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.

El intercambio mercantil en esta época se daba entre metrópoli y colonia, y era muy limitado. La colonia aportaba materias primas indispensables para la industria metropolitana y la metrópoli aportaba productos elaborados y algunos productos suntuarios a quien pudiera pagarlos. La ocupación militar de la colonia era indispensable, los ocupantes se hacían cargo de la escasa industria, el comercio, la administración, la impartición de “justicia”, las comunicaciones; o sea de la economía y del Estado colonial.

Después de los 1870s, la situación se modificó sensiblemente, las empresas capitalistas se habían diferenciado profundamente desde la época de la Revolución Industrial; unas pocas habían alcanzado un alto nivel técnico y grandes volúmenes de producción, al grado que habían desplazado a sus competidores y se habían hecho con el mercado de ramas completas de la industria, el comercio y los servicios. Estas empresas o grupos de empresas se convirtieron en monopolios, que rápidamente se fusionaron con los bancos para constituir una forma superior del capital: el capital monopolista.

El capital monopolista es aquel que se concentra en estas grandes empresas, y que al estar fuertemente concentrado y centralizado puede invertir grandes sumas para ampliar la producción, realizar investigaciones para mejorar los productos o crear nuevos y para incrementar la organización de la producción, etc., todo ello encaminado a aumentar su control sobre la producción social, desbancando a los competidores. Tras un periodo de lucha sólo quedan unas pocas empresas gigantescas que dominan la producción y alguna cantidad de productores “independientes” con una parte ínfima del mercado.

Pero pronto estos monopolios tienen la apremiante necesidad de expandirse para mantener altos sus precios, y de esta manera garantizar ganancias por encima de las ganancias promedio, por ello necesitan asegurarse mercados cautivos y materias primas baratas. Esta expansión lleva a los monopolios a las colonias y a otros países desarrollados, pero en las colonias se hallan las condiciones más propicias por lo que estas se tornan en auténticas “zonas de influencia” junto con países débiles que quedan dentro de esta área.

Pero como en otras naciones capitalistas desarrolladas también se van formando monopolios, comienza la lucha entre grupos de monopolios nacionales para arrebatarse los mercados y las zonas de influencia, y cuando no queda más que repartir la pugna termina por desembocar en guerras de rapiña, las guerras comerciales (dumping, etc.) desembocan en conflictos bélicos de país contra país. Guerras como las de la triple alianza y la guerra de los bóers fueron las primeras conflagraciones de este tipo, pero ciertamente no las últimas. La extrema exacerbación de esta rivalidad llevó a la formación de dos bloques de naciones imperialistas, el anglo-francés y el austro-alemán, que se enfrentaron en la primera Guerra Mundial entre 1914 y 1918 y en la réplica de 1939-1945: la segunda Guerra Mundial.

Este periodo se denomina justamente imperialismo, en él se hace incontestable el predominio de los monopolios, cuyo comercio ya no se limita al de las mercancías habituales. Así como en la Edad Media las mercancías se hallaron frenadas por las aduanas, ahora que los capitales mismos buscan pasar de un país a otro, con el fin de obtener beneficios extra o simplemente para impedir que un grupo rival se apodere de cualquier beneficio, se toparon con las fronteras nacionales de los Estados que otrora auspiciaron. Esto planteó una serie de contradicciones nuevas para el capitalismo a escala planetaria.

Esta exportación de capitales tuvo como primer objetivo las colonias y zonas de influencia, ahí donde estuviera a salvo de los grupos rivales, y se destinó al desarrollo de las fuentes de materias primas.

El comercio de materias primas sin embargo, siguió pautas semejantes a las de antes del imperialismo, aunque de manera aún más contradictoria: materias primas para la industria metropolitana, productos terminados para las colonias. Este esquema hubo de contar ahora con que la exportación de capitales implicó la creación de una cierta base material en las colonias, así fuera solamente para mejorar la producción de materias primas y la distribución de los productos metropolitanos, y esta base abrió el paso al surgimiento de un capitalismo local subordinado en las colonias.

Después de las guerras mundiales, sin embargo, el flujo de capital se redirigió hacia las propias potencias capitalistas, pues las debilitadas potencias europeas fueron invadidas por capitales estadunidenses. Otro tanto ocurrió con el Japón derrotado y ocupado militarmente por los EU. Y este flujo no cesaría en lo sucesivo, desplazando el comercio y la inversión en las colonias. Las interrelaciones entre los propios países imperialistas se volcaron a incrementar los nexos económicos entre ellos mismos, y el mundo colonial pasó a segundo plano. En este entorno comenzó la rebelión de las colonias y para los 1970s y 1980s la mayoría de ellas se habían separado de sus metrópolis.

A pesar de esto y del gran número de revoluciones que tuvieron lugar en esta época, logró consolidarse una nueva forma de dominación imperialista: la neocolonización, que consistió en la dominación de las ex colonias y países débiles por medio de la exportación de capitales, el endeudamiento, el comercio desigual y el fomento de las divisiones internas y regionales, y sólo en casos excepcionales por la intervención militar, no obstante, los mecanismos diplomáticos, financieros y comerciales han demostrado ser más sutiles y efectivos, pues con menos esfuerzos han producido grandes ganancias; en el caso del endeudamiento, países enteros han quedado encadenados a deudas impagables que absorben una parte considerable del gasto público y se ha llegado al extremo de que los países contraen nuevas deudas sólo para pagar los intereses de deudas anteriores.

El sistema neocolonial que se impuso a partir de los 1970s, unos 100 años después del surgimiento del imperialismo, ha resultado más eficaz que el viejo sistema colonial, el cual heredó las colonias conquistadas por los Estados absolutistas y por los primeros Estados capitalistas (premonopolistas), este sistema sucumbió con las guerras de liberación nacional del siglo XX y las revoluciones que marcaron esta época.

La nueva dominación se afirmó a través del comercio mundial, las finanzas y la diplomacia, en vez de las bayonetas y virreyes de antaño. Esta nueva dominación corresponde a una forma más acabada del imperialismo, o sea, al capitalismo monopolista de Estado (CME), de la misma manera que el viejo sistema colonial correspondía al capitalismo monopolista.

Las neocolonias se hallan hoy más excluidas del comercio, la cultura y las finanzas, las principales corrientes de intercambio mundial son las que existen entre los EU, Europa occidental, China, India y el Japón, países todos que determinan, en su colaboración y lucha, el sentido que adquirirán las contradicciones del mundo.

Como antes, existen zonas de influencia, pero a diferencia del antiguo sistema, no están tan claramente determinadas, pues el comercio y la inversión suele hacerse de manera conjunta, con una red de conexiones financieras y comerciales que entrelazan empresas de todos los países que se combinan en consorcios trasnacionales. Todo en pos de la ganancia. Pero esto no quiere decir que se avanza hacia un capitalismo unificado a escala planetaria, un monopolio mundial único, como pretendió el mito de la globalización; lo que hay es una cooperación que corre al parejo de una sorda lucha por la supremacía entre grupos monopolistas fusionados con sus respectivos Estados nacionales dentro de los cuales hay otros grupos y facciones que luchan unos contra otros a su vez por el control de los consorcios y conglomerados capitalistas. Y esa lucha es el “ruido de fondo” de las guerras que se han sucedido desde el fin de la segunda Guerra Mundial, que han sido otras tantas guerras imperialistas por el control del mercado mundial.

La separación entre la época del capitalismo monopolista y el CME no es, pues, metafísica, pues ambas formas comparten rasgos y tendencias, se entrelazan; el CME es el resultado necesario y directo de la evolución del capitalismo monopolista “privado”. Por ello se puede decir que el CME es la forma actual de la fase última del capitalismo, o sea, del imperialismo, y no una época diferente; es la expresión actual de la irremisible decadencia capitalista.

viernes, 2 de marzo de 2012

Sobre el capitalismo actual, el capitalismo monopolista de Estado y México

La realidad económica y política del mundo actual está determinada por los monopolios. En un estadio del capitalismo, cuando una o unas pocas empresas llegan a predominar en una rama industrial, controlando la producción, la distribución y el mercado, se dice que se ha formado un monopolio. En la actualidad las principales ramas de la economía mundial se encuentran firmemente monopolizadas, el monopolismo ha alcanzado incluso ramas que otrora se mantenían en la esfera de la libre competencia, como los alimentos, la ropa, etc. Esto imprime toda una serie de deformaciones al desarrollo del ciclo capitalista y exacerba las contradicciones que le son propias.

Julia Evelyn Martínez dice al respecto: “De acuerdo al estudio 'La red del control corporativo global' elaborado por Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston del Instituto Federal de Tecnología de Zurich (Revista New Scientist, octubre 2011), se trata de un sector de la economía mundial formado por 737 grupos económicos integrado por 1,318 empresas, que controlan el 80% de las corporaciones transnacionales mundiales. Estos grupos tienen como “núcleo duro” a 147 empresas (1% del total) que están estrechamente relacionadas entre sí mediante la propiedad accionaria y controlan el 40% de la riqueza total de este sector. Entre las 20 empresas más poderosas de este grupo se incluyen a Barclays Bank, JPMorgan Chase & Co, The Goldman Sachs Group, Deutsche Bank, Merrill Lynch & Co Inc, Credit Suisse Group, entre otros.” (Julia Evelyn Martínez, La democracia oligárquica, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=145097&titular=la-democracia-olig%E1rquica- )

No se trata solamente de empresas muy grandes que pueden abarrotar el mercado con sus productos, sino de combinaciones financieras-industriales que pueden dirigir grandes masas de capital en la dirección elegida y así obtener superbeneficios, o sea, ganancias por encima de las ganancias promedio e imponer precios más elevados a sus productos, que son verdaderos tributos a la fuerza económica que estas combinaciones pueden desarrollar. Pronto estos consorcios se extienden a otras ramas y forman conglomerados industriales, financieros y de servicios que manejan cientos y hasta miles de millones en cada operación, cuentan con miles de empleados y representan las empresas con el mayor volumen de producción y con los productos más sofisticados y requeridos por los consumidores, aunque esto no quiere decir que los consorcios satisfagan las necesidades sociales, pues al ser monopolios, buscan limitar la producción para mantener altos los precios, lo que genera contradicciones insolubles.

Los propios apologistas del capitalismo se han apercibido de esto y han acuñado un término : plutonomía, que definen como “el crecimiento económico que es reforzado y aprovechado por la clase alta más rica de la sociedad. La plutonomía se refiere a una sociedad donde la mayor parte de la riqueza es controlada por una minoría siempre decreciente, a tal grado que el crecimiento económico de esa sociedad se vuelve dependiente de las fortunas de esa misma minoría rica.” (Traducido de http://www.investopedia.com/terms/p/plutonomy.asp#axzz1nmzpTExO ). (Ver Anexo 1)

El camino que el capitalismo monopolista ha seguido es el de una creciente centralización y concentración del capital, pero no a la manera de la época en que predominaba la “libre” competencia, sino a la manera monopolista, por medio de gigantescas fusiones y absorciones que involucran miles de millones de dólares, y que dejan en la calle a miles de trabajadores.

No significa esto que haya dejado de existir la “libre” competencia, ésta es aún la base del capitalismo, sólo que ahora el monopolismo, o sea, el imperialismo es su superestructura dominante. Además, los consorcios terminan por fundirse con el Estado, conformando un entramado de intereses comunes entre las instituciones estatales y el gobierno y las juntas directivas de los consorcios, a este estadio de la fase imperialista se le denomina capitalismo monopolista de Estado (CME); como afirma el sociólogo Geoffrey Geuens: “El capitalismo y la élite financiera no pueden existir sin la estructura del Estado, sin sus redes políticas y mediáticas, por lo que los gobernantes tienen una aplastante responsabilidad en la actual crisis económica” (Los rescates sólo benefician a los bancos, artículo de Marco Appel en la Revista Proceso núm. 1843 del 26 de febrero de 2012, pág. 48).

Los mecanismos de control político y social son evidentes: “Esta oligarquía global ejerce un refinado autoritarismo sobre los sistemas políticos regionales y nacionales, mediante un intrincado sistema de relaciones de poder, que estaría formado al menos por cuatro pilares: a) las políticas económicas y financieras dictadas por el Banco Mundial y el FMI ; b) el control de los medios de comunicación social para alienar a los pueblos en una cultura del sometimiento cultural e ideológico a los intereses de la oligarquía global; c) la carrera armamentista y la creciente militarización de los países y regiones, y d) las alianzas con las oligarquías nacionales o sub-regionales.” (Julia Evelyn Martínez, La democracia oligárquica, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=145097&titular=la-democracia-olig%E1rquica- ).

No obstante, en amplios círculos predomina la visión de un régimen capitalista en la cual la “esfera económica” está separada de la “esfera política”, sigue Geuens: “La percepción general que comparte un amplio espectro ideológico, desde la derecha liberal hasta una parte del movimiento altermundista, indica que hay una separación muy nítida entre el Estado y el mundo de las finanzas. Para los liberales esta separación entre la política y las finanzas, entre el interés público y el privado, permite que el sistema funciones correctamente. Los altermundistas no están de acuerdo: consideran que el Estado es víctima de los intereses financieros y le exigen que retorne el control del mercado; sin embargo, al final comparten con los primeros la misma presunción” (Los rescates sólo benefician a los bancos, artículo de Marco Appel en la Revista Proceso núm. 1843 del 26 de febrero de 2012, pág. 48).

La crisis declarada en 2008 y que continúa en éste año de 2012 ha significado un jalón histórico para el desenvolvimiento del imperialismo. La ola de quiebras de empresas financieras, industriales y comerciales llevó al fortalecimiento de las más poderosas y más cercanas al Estado, pero además significó un paso evolutivo del Capitalismo Monopolista de Estado (CME), que se reforzó más allá de todo límite previo con los gigantescos rescates que hicieron los gobiernos, que involucraron cifras astronómicas, del orden de millones de millones de dólares y euros, para sacar a flote a empresas como General Motors (GM), Fanny Mae y Freddy Mac (paraestatales financieras inmobiliarias), y sobre todo grupos financieros como Goldman Sachs (banco de inversiones), en EU, pero también en Europa, e incluso en países como México, como fue el caso de Comercial Mexicana y de Cemex, aunque en nuestro país los rescates bancarios tienen larga data, pues en quince años se les han destinado 889 mil 403 millones de pesos a los bancos (La Jornada 17 de febrero de 2012), que en su mayoría han sido extranjerizados, pasando a manos del capital español, estadunidense y canadiense; sin mencionar otras empresas, como Aeroméxico y Mexicana de Aviación, “rescatadas” una y otra vez con cargo al presupuesto federal.

A raíz de estos procesos, el capital en México, como en el resto del mundo, ha verificado un proceso acelerado de concentración y centralización, al grado tal que en nuestro país la economía en su conjunto se halla controlada por un grupo reducido de empresas monopólicas, la mayoría transnacionales extranjeras. Como indican los datos que presenta David Márquez Ayala: “La revista Expansión (CNN) publica en su número del 21 de junio su compendio anual de las 500 mayores empresas que operan en México y que tienen información accesible. [...]

“Como porcentaje del PIB (11.823 billones de pesos en 2009), las ventas netas de las 500 [mayores empresas] (8.303 billones) representaron el 70.2%, concentración de suyo excesiva que se hace más patente si consideramos que tan sólo las 156 empresas privadas con mayores ventas representan el 50% del PIB, esto es, la mitad de la producción anual de bienes y servicios en el país, y que muchas de ellas pertenecen a los mismos dueños o grupos.

“En nuestro listado sintético de las 22 empresas más importantes (con ventas de 80 mil millones de pesos o más) el valor de sus ventas representó el 35.2% del PIB; y quitando a las dos empresas públicas en este rango (Pemex y CFE) las ventas de las 20 mayores compañías privadas representaron el 24.1% del PIB. De las 20, siete son extranjeras y 13 mexicanas No obstante su enorme peso económico, las 500 sólo generan el 21.1% del empleo formal del país (trabajadores asegurados en el IMSS), las 22 generan el 8.7%, y las 20 privadas el 7.1%.” (David Márquez Ayala, Reporte Económico del 28 de junio de 2010 en http://vectoreconomico.com.mx/ ) (Ver Anexo 2).


Aunque nuestro país no es un país imperialista, la influencia del imperialismo estadunidense, europeo y japonés ha reproducido la estructura monopolista que rige en el resto del mundo. El capitalismo en México está unido por mil hilos financieros, comerciales y tecnológicos a los grandes centros del capital mundial, al grado de que puede considerarse una semi-colonia financiera de los EU. Pues como dice F. Castro:

“[...] los procesos de internacionalización de la vida económica han llegado a un grado tal, que los cambios que se producen en sólo uno o varios países altamente desarrollados, pueden, a través de una densa y sensible red de vínculos de dependencia hoy existentes, transmitir sus impulsos de auge o depresión a decenas y decenas de países, de hecho prácticamente a todo el mundo.” (Fidel Castro, La crisis económica y social del mundo, La Habana, Cuba, 1983, pág. 12).

El CME es una superestructura dominante a escala mundial.

De la misma manera, los monopolios en México se han fusionado crecientemente con el Estado, creando una estructura tipo CME, tal fusión se ha realizado por medio de los rescates financieros, la adjudicación de contratos, la devolución de impuestos (“Encabezados por empresas televisoras, proveedoras de servicios de telefonía y telecomunicaciones, así como por fabricantes y distribuidores de cerveza, un reducido grupo de 2 mil 550 compañías, que equivalen a 0.18 por ciento del padrón total de contribuyentes, logró devoluciones de impuestos por 174 mil 228 millones de pesos en sólo un año” (La Jornada, 17 de febrero de 2012) y por medio de los nexos personales de los funcionarios del Estado y las juntas de los consorcios, ejemplo de esto, Francisco Gil Díaz, antiguo secretario de Hacienda, después frustrado consejero de HSBC y hoy funcionario de Movistar. Este caso se repite de manera decuplicada en otros países, pues no es una cuestión anecdótica y coyuntural sino una condición estructural del imperialismo en su forma concreta actual como CME (véase Anexo 3).

La crisis económica ha acelerado este proceso, y ha desatado una feroz competencia entre los monopolios, la lucha más encarnizada se libra en el terreno de las telecomunicaciones. Debido a los avances tecnológicos, se ha hecho posible la televisión digital, que podría transmitir internet, telefonía y datos, asimismo la línea telefónica podría servir para transmisión de televisión, incluso el tendido eléctrico podría emplearse para una red de televisión e internet. Pero los monopolios televisivos no quieren ceder frente a las empresas de telefonía, que serían también empresas de distribución de contenidos. Y viceversa, las empresas telefónicas no desean ceder terreno en “su” mercado a las empresas televisoras. Eso ha desatado la lucha, que en los hechos es una competencia por avasallar a los rivales; el monopolio se ha transformado en un freno al avance tecnológico, al grado de que el Estado, fusionado con estos intereses ha puesto su propia capacidad de distribución de contenidos al servicio de los consorcios al liquidar la empresa estatal de Luz y Fuerza del Centro, al privatizar la red de fibra óptica de CFE y al comenzar el remplazo de la red de transmisión de cobre por una red de cable de aluminio, que no es apta para la transmisión de datos y de esta manera evitar la competencia con los monopolios (La Jornada 16 de enero de 2012 http://www.jornada.unam.mx/2012/01/16/politica/002n1pol )

El resultado es la explotación incrementada de los trabajadores mexicanos, a la explotación que sufren en los centros de trabajo, se suma el precio de monopolio de casi todos los bienes y servicios que usa, desde los productos de limpieza y alimentos hasta la telefonía y el transporte, lo que redunda en su gradual empobrecimiento en beneficio de los monopolios, que explotan al conjunto de la sociedad.

El trabajador mexicano se resiente de los efectos de la crisis en múltiples maneras, como desempleo masivo, y cuando está empleado como jornada ampliada de trabajo (formación de plusvalor absoluto) y como jornada de trabajo intensiva (formación de plusvalor relativo), además, conforme los recursos del Estado se destinan a los monopolios, se deja de invertir en infraestructura, educación y salud públicas, lo que obliga al trabajador a desembolsar sumas extra en médicos privados y escuelas privadas, que en México han proliferado en desmedro de la sanidad pública y de la educación de niños y jóvenes. El monopolismo en México tienen su contrapartida en el incremento de la precariedad del conjunto de los trabajadores, precariedad laboral, sanitaria y educativa, lo que redunda en el retroceso neto de la calidad de esa misma fuerza de trabajo, que se vuelve menos productiva, con lo que el país en su conjunto pierde terreno en la división internacional del trabajo, lo que lleva a un círculo vicioso en el cual conforme la fuerza de trabajo está menos desarrollada el gran capital prefiere volverse importador de artículos, pues resultan más competitivos los extranjeros, y los trabajadores mexicanos acaban volcándose al pequeño comercio informal, creado en gran parte por los mismos monopolios, que en el marco de su competencia crean gigantescas estructuras de venta al menudeo, por catálogo, etc, a fin de ganar hasta el último trozo del mercado disponible; según datos oficiales, los trabajadores “informales” o más bien, precarios, suman la monstruosa cifra de 14 millones, contra los 13.2 millones que cotizan en el IMSS (La Jornada, 11 de febrero de 2012).

Esto tiene efectos notables en la política, pues se traduce en una creciente corporativización de las organizaciones políticas, que en vez de representar a grupos de ciudadanos con determinados intereses, se tornan en otros tantos apéndices del Estado, o sea, del CME; este proceso de asimilación se ha observado en los últimos años incluso en los movimientos y partidos de izquierda, y todo indica que es un proceso que continuará este año en el marco de la elección federal de 2012 a través de la hegemonía del ala derecha en los partidos de izquierda. El paso esencial de este proceso es la homogeneización de los partidos y organizaciones, de manera que las diferencias se vuelven meramente de matiz, y no de programa, pues la izquierda renuncia a cualquier alusión a la lucha de clases y sus partidos y organizaciones sufren entonces un proceso acelerado de burocratización, predominando las estructuras por encima de cualquier otra consideración; proceso que es debidamente seguido y auspiciado por el Estado y los grupos de poder nacional, para quienes la neutralización de la izquierda reviste un interés estratégico crucial. El trabajador, el proletario, pasa primero a ser un ciudadano en abstracto, y luego deja de serlo también, en los hechos, para convertirse sólo en un votante que tiene frente a sí opciones equivalentes, igualmente “buenas” o igualmente “malas”.

Como advirtió Luis Javier Garrido:

“3. El modelo político neoliberal, que se ha ido imponiendo al mundo entero, como sustento de una organización económica que privilegia los intereses de las grandes corporaciones por sobre los derechos de los pueblos, supone construir sistemas de partidos (de preferencia bipartidistas) en los que las distintas formaciones políticas no tengan diferencias sustanciales entre sí y avalen el modelo económico dominante plegándose a los dictados de los grandes intereses globales. Ese ha sido un objetivo de las mafias en el poder en México, en el que han estado coludidos los chuchos, y que ahora buscan acelerar: aniquilar al PRD como posible proyecto de izquierda, al no existir ya diferencias programáticas entre los tres principales partidos y carecer los mexicanos de las posibilidades de una verdadera alternancia, por lo que la estrategia de las alianzas PAN-PRD cumple un papel significativo en ese proceso.

“4. Las alianzas entre partidos opuestos constituyen de esta manera un candado de seguridad para proteger los intereses dominantes, y es también con ese objetivo que los grupos mafiosos que controlan el poder económico y político en México las están impulsando. Los partidos que se alían no pueden tener una propuesta común más que en aspectos irrelevantes, pero renuncian además en esta coyuntura a esgrimir sus tesis propias que son encerradas en un cajón, acelerándose el proceso de acceso a cargos públicos… y de claudicaciones.” (Luis Javier Garrido, Las “alianzas” (de nuevo), La Jornada, 15 de octubre de 2010).

Por “modelo político neoliberal”, en la terminología de Garrido, debe entenderse la estructura de control y dominación política del CME tal como se la ha planteado en este trabajo.

Los efectos en la clase proletaria y en el conjunto de los trabajadores que tiene el desarrollo del CME son amplios y de largo alcance, al recrudecimiento de la explotación en el proceso de producción se suma la precariedad, la inseguridad laboral y el empeoramiento de las condiciones de salud, educación y seguridad; y ahora el cierre, en el terreno de los hechos, de los caminos políticos para expresar su malestar y poner en práctica sus ideas; el proletario y el trabajador en general se convierten en engranes del sistema capitalista fuera de la fábrica, dondequiera que se hallen se tornan en rehenes del proceso de acumulación mundial del capital, proceso en el cual unos países sojuzgan a otros y los trabajadores son explotados tanto por la burguesía “nativa” y el Estado nacional, como por los grandes capitalistas de los países imperialistas y por los propios Estados imperialistas (Véase http://www.jornada.unam.mx/2012/03/02/politica/005n1pol ).

Este proceso continuará previsiblemente en nuestro país, alentado por los proyectos de privatización de la energía y la lucha por el monopolio de las telecomunicaciones, así como por la lucha que se entabla cada año en torno al reparto de la renta petrolera, que es la fuente última de recursos para sostener la estructura del CME y en torno a la cual se forman los grupos de poder estatal-capitalistas, que pugnan por un nuevo reparto de esos recursos que sólo en el papel son bienes de la nación. La lucha electoral federal es, en última instancia, una lucha en torno al presupuesto del Gobierno federal, y en principal medida en torno a cual grupo se llevará la mayor parte de la renta petrolera, a través de contratos, créditos fiscales y devoluciones de impuestos. Muy probablemente observaremos en lo sucesivo un recrudecimiento de estas tendencias atizadas por la crisis que continúa, y que ha servido ampliamente para que los monopolios afiancen su control sobre la sociedad y su entrelazamiento con el Estado. La crisis, en tanto que esfuerzo purificador del propio sistema capitalista, barre con las formas atrasadas de capital, reforzando al CME, no obstante, éstas formas atrasadas se reconstruyen constantemente, brindando al CME una base de la cual extraer nuevas fuerzas y recursos.

Frente a esto sólo queda a los trabajadores desplegar todo género de luchas en los distintos planos de la vida social, pues el predominio del CME es social en el sentido más amplio y no puramente económico, un lugar central en esta lucha lo ocupa la lucha contra la corporativización de las organizaciones de masas de la izquierda, proceso que, como ya se ha indicado arriba, es inherente al CME, y es la herramienta principal que emplea para despojar a los trabajadores de toda iniciativa política que signifique un reto para el capital; la corporativización induce la despolitización y con ella se afianza el predominio del CME en la política y, por ende, en el conjunto de la vida social.

La crisis actual del capitalismo es la crisis del imperialismo a escala planetaria, o sea, del capitalismo monopolista de Estado. El CME, pues, no implica una superación espontánea de las contradicciones capitalistas, como quieren hacer parecer sus apologistas, por el contrario, representa la forma presente que asume la decadencia del capitalismo con todas sus contradicciones exacerbadas, esto significa que la caracterización correcta del CME es el único camino para fundamentar una estrategia y unas tácticas coherentes y consecuentes.








Anexo 1

Artículos de Víctor Hernández publicados originalmente en SDP Noticias en el año de 2010 acerca del Memorando de Citigroup sobre “Plutonomía”, retomados en diferentes blogs y en http://es.scribd.com/doc/46098078/Plutonomia-1-8 , aunque no todos se encuentran ya en línea.

Plutonomía - Parte 1: El sistema que pone en peligro a la clase media
Víctor Hernández
19 de julio, 2010

Michael Moore menciona brevemente en su documental Capitalism: A Love Story el tema de la Plutonomía. Considero que el tema amerita comentarse más a detalle.

Octubre 16 de 2005. Citigroup, el banco más grande del mundo y dueño de Banamex, envía a sus clientes más ricos un memorandum llamado "Estrategia de inversión - Plutonomía :Comprando lujo, explicando desbalances globales." El memo se puede leer en esta dirección:

http://www.scribd.com/doc/6674234/Citigroup-Oct-16-2005-Plutonomy-Report-Part-1

El memo buscaba convencer a los accionistas más ricos de comprar acciones en empresas de super-lujo a las cuales sólo tienen acceso los más ricos, ya que, dice, los ricos se volverán más ricos y el resto de la gente más pobre.

Citigroup afirma que Estados Unidos es una "Plutonomía"; un sistema en el cual los que controlan al país son el 1% más rico la población (que a su vez vive de la riqueza del 0.1% de ultra-ricos de Estados Unidos). Inclusive el gobierno está subordinado a los ricos bajo este sistema.

De acuerdo con Citigroup sólo hay dos tipos de personas: los ricos y los pobres. No hay una clase media ni le debe de importar a los ricos que la haya o inclusive que desaparezca.

Los principales consumidores de la riqueza en una plutonomía, además, no es la clase media ni los pobres, sino los ricos, quienes tienen más riqueza en conjunto que el 95% del resto de la población.

Son dos los mecanismos que permiten que los ricos se hagan más ricos y el resto más pobre, dice Citigroup:

1. La reducción de impuestos a los ricos y aumentos de impuestos para los demás.

2. El pago de salarios excesivos a los más altos ejecutivos de las grandes empresas (a quienes Citigroup llama "aristocracia gerencial") y reducción de salarios al resto de los trabajadores.

Esta situación continuará produciendo desigualdad de ingresos entre "ricos" y "los demás", dice Citigroup, mientras los gobiernos de los países continúen favoreciendo a los más ricos.

Citigroup nunca usa los términos "ricos", "pobres", "ingresos excesivos", o "desigualdad" como una crítica, sino que los presume como un beneficio del capitalismo a los ricos a costillas de los demás.

En este sistema, por lo tanto, es donde la clase media corre el mayor peligro de desaparecer. No lo dice la izquierda. Lo dice Citigroup.

(Continuará)

Plutonomía - Parte 2: El sistema de la irresponsabilidad de los ricos
Víctor Hernández
20 de julio, 2010

Citigroup envió a sus clientes más ricos el memorándum sobre la Plutonomía en octubre de 2005 para convencerlos de comprar acciones de empresas de lujo.

Uno de los alegatos de Citigroup era que al ser Estados Unidos una Plutonomía (un sistema controlado por el 1% más rico en donde el resto de la gente es "pobre" aunque sea clase media), sus ricos gastaban excesivamente en lujos y ahorraban muy poco.

Citigroup le recomendó a sus clientes más ricos que invirtieran no en empresas que pudieran beneficiar a la mayoría de la población con empleos, o por lo menos a la clase media. No; les dijo que compraran acciones de marcas de super-lujo como Porsche, Bulgari, Polo Ralph Lauren, Four Seasons, Sothebys, y Tiffany.

No es broma. Está en la página 27 del memorándum.

Dijo además que no se preocuparan por el déficit de ahorro del país; que es normal que esto ocurra en una Plutonomía ya que cuando los ricos incrementan su ingreso gastan más en lujos y ahorran menos, pero como controlan la mayor parte de la riqueza del país, su falta de ahorro afecta a toda la economía.

Es decir, Citigroup, sin usar la palabra, alega que en una Plutonomía los ricos son unos irresponsables pero no importa porque eso es lo normal en ese sistema.

El memo señala que esa irresponsabilidad no existió siempre, ya que en los 50s los muy ricos en EU tenían muy buenos ingresos en la bolsa de valores. Pero como no tenían la mayor parte de la riqueza y pagaban altos niveles de impuestos, eran más mesurados en sus gastos y más inclinados a ahorrar.

La irresponsabilidad, señala el memo, empezó a principios de los 80s, cuando los super-ricos controlaron al gobierno de Ronald Reagan para que les redujera los impuestos y eliminara regulaciones para las grandes empresas.

Al controlar los ricos al gobierno, con políticas hechas para beneficiarlos a costillas de perjudicar al resto de la gente, simplemente perdieron la mesura y dieron por hecho que el sistema tenía que darle más dinero a los ricos aunque despilfarraran y aunque la clase media y baja acabaran más pobres aún.

Es decir, en la Plutonomía el único bienestar que cuenta es el de los ricos. Y sus gobiernos funcionan sólo para asegurarse de que los más ricos sigan siendo los beneficiados aunque se destruya a la clase media.

(Continuará)

Plutonomía - Parte 3: Menos impuestos para los ricos, más pobreza para los demás
Víctor Hernández
21 de julio de 2010

Antes de seguir desmenuzando el memorandum de Citigroup sobre la Plutonomía, es necesario hacer un paréntesis para ver un poco de la historia de los impuestos en Estados Unidos, ya que el documento alega que los super-ricos acapararon la mayor parte de la riqueza de EU, mientras los demás ciudadanos perdieron ingreso, a partir de que les bajaron los impuestos.

A partir de 1917 EU le impuso un ISR de 77% a los super-ricos. En los 1920s el ISR se redujo a 25%, pero al final de la década se dio la Gran Depresión.

En 1932 el ISR para los más ricos sube a 63% y 4 años después a 79%. En 1940, sin estar EU aún en la Segunda Guerra Mundial, el ISR sube a 81.1%

A partir de 1942 el ISR de los más ricos en EU sube a 88% y llega hasta 94% en 1944.

De 1951 a 1963 el ISR se mantiene en 91% para los más ricos. Es hasta 1964 que el ISR para los ricos baja a 77% y llega hasta 70% en los 70s.

Llega Ronald Reagan al poder en 1980 y el ISR para los ricos baja a 50%. Para 1988 baja a 28%. OJO: Las tres veces que le bajaron los impuestos a los ricos (los 20s, los 80s y con Bush Jr), fueron seguidas por fuertes recesiones o de plano depresiones.

Durante las administraciones de Bill Clinton en los 90s el ISR de los super-ricos sube a 39.6%, pero con George W Bush en el poder baja a 35% en 2003.

¿Y la clase media? De acuerdo con el New York Times a la clase media de EU le han subido los impuestos en términos reales desde los 60s hasta la fecha. (NOTA: el ISR para los pobres de EU bajó desde los 60s, pero subió 5 vecescomparado con lo que pagaban en 1917.)

Esto viene al caso ya que el memorándum de Citigroup menciona que para que la Plutonomía (el control de la economía por los super-ricos) pudiera existir, los más ricos tuvieron que tener más ingreso y los demás menos ingreso. 

Claramente esto ocurrió en parte por la mega-reducción de impuestos para los super-ricos y el aumento de impuestos a la clase media.

El memorándum señala que esto ha causado una reducción en la calidad de vida de los que no son ricos (clase media incluida), causando descontento de la mayoría de la gente.

Con un detalle: para que una Plutonomía pueda existir, dice Citigroup, se requiere de un gobierno que haga políticas que beneficien a los super-ricos, aunque perjudiquen a la clase media y a los pobres.

(Continuará)


Plutonomía - Parte 4: El miedo de los ricos al voto por la igualdad
22 de julio de 2010
Víctor Hernández
El memorandum de Citigroup sobre la Plutonomía dice textual:

"En el corazón de la Plutonomía está la desigualdad de ingreso. Las sociedades que están dispuestas a tolerar/apoyar la desigualdad de ingreso, están dispuestas a tolerar/apoyar la Plutonomía."

Citigroup admite la globalización beneficia a los super-ricos, haciéndolos aún más ricos (por ende generando una Plutonomía que controla la mayor parte de la riqueza) pero que perjudica al resto de la gente, clase media incluida, haciéndola más pobre.

Sin embargo, la Plutonomía podría revertirse si el gobierno le subiera los impuestos a los super-ricos o cambiara las políticas económicas para generar igualdad.

No le preocupaba a Citigroup. Literalmente dice que ve pocos países haciendo eso, y George W Bush no sólo no les iba a subir los impuestos sino que estaba buscando hacer permanentes sus reducciones de impuestos a los ricos--cosa que Obama detuvo.

El riesgo en realidad, dice el memo, es que si la mayoría del electorado, viéndose  afectado por las políticas "Pluto-amigables"--por ejemplo, perder su empleo o ver su ingreso reducido por culpa del outsourcing (ver P.24)--decidiera votar por un gobierno de izquierda que le pusiera un freno a los abusos de los super-ricos. Dice textual:

"Los trabajadores de hasta abajo en los mercados desarrollados pueden no tener mucho poder económico, pero tienen el mismo poder de voto que los ricos."

Agrega:

"Tal vez una razón por la cual las sociedades permiten la Plutonomía, es porque suficientes votantes creen que tienen una oportunidad de convertirse en Pluto-participantes...Pero si los votantes sienten que no pueden participar, estarán más dispuestos a dividir el pastel de la riqueza, en vez de aspirar a ser verdaderamente ricos."

Es decir, los super-ricos mandan porque suficientes votantes creen que pueden llegar a ser ricos cuando en realidad cada vez se deteriora más su calidad de vida. Y temen que, al ser los no-ricos mayoría, acaben con la desigualdad económica por medio del voto.

El memo subraya que la gente sí se está hartando de la Plutonomía, y que la mejor prueba está en lo cerradas de las elecciones, pero que mientras la gente crea que se hace rica, aunque económicamente su situación se deteriore, los ricos están a salvo.

Su temor es al voto por la igualdad.

(Continuará)


Plutonomía - Parte 6: Las advertencias hechas realidad
Víctor Hernández
24 de julio de 2010
El discurso de que la globalización beneficia sólo a los super-ricos y perjudica a los demás se esperaría de activistas y políticos de izquierda.
¿No ha sido esa su advertencia desde hace años?
Pero no.
Quien lo presume es Citigroup, el banco más grande del mundo.
Estas son algunas citas del segundo memorándum que Citigroup envió a sus clientes más ricos para asegurarles de que Estados Unidos vive en una Plutonomía y por lo tanto, desde hace 25 años los ricos se hacen más ricos y los demás, clase media incluida, más pobres:"Los magos de la tecnología que son dueños de los tubos y distribución, los abogados y banqueros que son intermediarios de la globalización y la productividad, los CEOs que dirigen la carga de convertir la globalización y la tecnología para aumentar las ganancias de la economía a costillas de los trabajadores, todos ellos contribuyen a la Plutonomía.
""Nosotros creemos que los capitalistas globales van a tener una parte aún más grande del pastel de riqueza durante los próximos años, al beneficiarse los capitalistas de manera desproporcionada de la globalización y el boom de productividad, relativamente a costillas de los trabajadores.
""Nosotros creemos que los ricos se van a hacer más ricos en los próximos años, como capitalistas (los ricos) tienen una parte aún más grande del PIB como resultado, principalmente, de la globalización.
Nosotros esperamos que la fuente global de riqueza en las economías en desarrollo mantengan la inflación de salarios detenida, y las ganancias aumentando -- bueno para la riqueza de los capitalistas, relativamente malo para el trabajador no-calificado/de outsorcing en el mercado en en vías de desarrollo.
"No es Hugo Chávez ni Fidel Castro.
Es Citigroup quien lo dice.
Pero otra realidad es posible.
Los ricos no tienen por qué desaparecer.
Simplemente deben dejar que los demás también tengan ingresos justos.
Dice Citigroup:"Por contraste, en otros países como Japón, Francia y Holanda (léase mucho de Europa continental), el egalitarismo ha mantenido a los ricos con porciones de ingreso y riqueza similares a las que tenían en los 1980s--en otras palabras, ellos realmente no se han hecho más ricos en términos relativos.
"Lo que permite que exista una clase media es un gobierno egalitario, no la Plutonomía.

Plutonomía - Parte 7: 5 años después---
Víctor Hernández

En 2010 la calificadora financiera Moodys reiteró lo que dijo Citigroup en 2005: que el 5% más rico acapara la tercera parte del gasto en Estados Unidos--puesto que tienen la mayor parte de la riqueza--y que el nivel de consumo en Estados Unidos no lo define la clase media ni los pobres, sino los ricos al comprar autos de lujo, ropa de diseñador, estancias en hoteles de gran turismo, etc.

Esto se da a conocer en una nota publicada por el New York Times el 16 de julio de 2010, la cual advierte que los ricos disminuyeron su gasto en lujos por miedo a otra crisis como la de 2008, afectando a la "recuperación" económica.

Para 2009, dice la nota firmada por Motoko Rich, la clase media y los pobres dejaron de gastar debido a que el desempleo los golpeó mucho más que a los ricos, mientras que los ricos empezaron a gastar más de lo que ganaban, provocando una supuesta recuperación económica--aunque el desempleo seguía siendo alto.

"Las pérdidas de empleo han golpeado de manera desproporcionada a los que ganan menos. De acuerdo con el Departamento del Trabajo, la tasa de desempleo entre la gente en gerencias y ocupaciones de negocios o financieras era 4.8% en junio (de 2010), comparado con el 9.5% generalizado, 18.2% en construcción y 12.1% en producción" dice el NYT.

"Como resultado, los ricos generalmente mantuvieron su poder de gasto cuando otros lo estuvieron perdiendo", agrega la nota.

Eso quiere decir lo mismo que dijo Citigroup 5 años antes: los super-ricos, al tener la mayor parte de la riqueza, son los que mueven a la economía aunque no generen empleos al hacerlo. Si los ricos, y sólo los ricos gastan, la economía tiene una aparente recuperación, aunque en realidad la clase media y los pobres se ven severamente afectados de manera negativa.

Es decir, en una Plutonomía las crisis económicas no afectan de manera significativa a los ricos, pero devastan a la clase media y a los pobres. Por consiguiente, hablar de "recuperación" en la Plutonomía es hablar de recuperación para los ricos, no para la clase media.

La habría sólo si la clase media y los pobres tuvieran más riqueza y su poder de consumo pudiera afectar de manera equitativa a la economía.

Pero eso no puede ocurrir en un sistema en el que los ricos cada vez son más ricos y los demás son más pobres.

Plutonomía - Parte 8
México es una Plutonomía
Víctor Hernández
Los memorandums de Citigroup sobre la Plutonomía, el de octubre de 2005 y el de marzo de 2006, son claros al señalar que en un sistema de Plutonomía el 1% más rico de la población se hace aún más rico empobreciendo a clase media y pobres desde mediados de los 1980s.

La razón principal: gobiernos que protegen sólo los intereses de los ricos y no los de toda la gente, reduciendo impuestos para los ricos, por ejemplo.

El primer memo advierte que la Plutonomía puede revertirse si la gente decide votar por gobiernos que les suban los impuestos a los ricos y gobiernen para todos, no sólo para el 1% con mayor ingreso.

Bajo esas definiciones, México cabe perfectamente en la definición de Plutonomía:

1. Desde mediados de los 1980s el PRI establece el sistema neoliberal como política de estado, permitiendo que sólo los super-ricos se beneficien y el resto de la población se perjudique. Esto continúa con las reformas y medidas neoliberales de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.

2. La clase media en México comienza empobrecerse y desaparecer a partir de los 80s, y más magnates mexicanos empiezan a aparecer en las listas de Forbes.

3. Se reduce el ingreso y las prestaciones de los trabajadores y empieza a dominar el outsourcing, el cual es señalado en los memos de Citigroup como una de las causas de la Plutonomía.

4. Los gobiernos del PRI y del PAN jamás tocan los privilegios fiscales de las grandes empresas, permitiéndoles no pagar impuestos, mientras que a la clase media y a los pobres les suben el IVA, el ISR, y les inventan impuestos SIN generar inversión.

Es precisamente por eso que la compra de votos y los fraudes electorales son tan comunes por parte del PAN y del PRI en México. Porque tal y como lo dijo Citigroup, sólo con el voto contra los gobiernos de los ricos la gente logrará acabar con la Plutonomía.

Por eso la minoría de grandes magnates no quiere que la gente vote por Andrés Manuel López Obrador. Porque saben que AMLO eliminaría los privilegios de los super-ricos y fomentaría un sistema egalitario, como ocurre en Francia, Holanda, Alemania, Japón y otros paises señalados por Citigroup por tener ricos que no se han hecho más ricos desde los 80s, y donde la clase media y los pobres también pueden prosperar, no sólo los ricos.

(Continuará)


Plutonomía - Parte 11: Usted no es rico, ni lo será mientras las cosas no cambien
Víctor Hernández
29 de julio de 2010
La definición de "rico" en una Plutonomía, de acuerdo con Citigroup, es el 10% más rico de la población, pero en particular el 1% más rico.
Se trata del consumidor que, por ejemplo, compra autos Porsche, joyería de Tiffany, que se hospeda en hoteles de gran turismo, que compra en las subastas de Sothebys y que tiene millones y millones de dólares de ingreso fijo.
Los demás, de acuerdo con el memorandum de Citigroup de octubre de 2005, son los "no ricos.
" Dice el memo:"En una plutonomía no hay tal cosa como "el consumidor de Estados Unidos" o "el consumidor de Inglaterra", o el "consumidor ruso".
Hay consumidores ricos, pocos en número, pero desproporcionados en la gigantezca rebanada de ingreso y consumo que se llevan.
El resto es el resto, los "no-ricos", las muchas multitudes, pero que representan sorprendentemente pequeños pedacitos del pastel nacional.
"Es decir, Citigroup nisiquiera reconoce la existencia de una clase media.
Aparte de los "ricos", para Citigroup sólo hay pobres.
Los no-ricos son simplemente "el montón.
"Y de acuerdo con Citigroup, en una Plutonomía los "pobres", que incluyen a la clase media, cada vez son más pobres.
De otra manera los ricos no podrían hacerse más ricos.
¿Cree usted que por tener un iPhone, un carrito, una pantallita de plasma, una que otra ropita de medio pelo, o por irse de viaje de vez en cuando ya es rico?
Se equivoca.
Para los verdaderamente ricos usted es pobre.
Y no sólo seguirá siendo pobre, sino que empobrecerá aún más para que los ricos tengan aún más riqueza.
Mientras las cosas no cambien, usted no podrá aspirar a tener un mejor nivel de vida.
Lo dice Citigroup, el banco más grande del mundo.
De acuerdo con Citigroup, sólo hay una manera de cambiar las cosas: votando por gobiernos que no favorezcan solamente a los super-ricos.
En México los gobiernos que han favorecido a los super-ricos, y que han establecido un régimen de Plutonomía desde mediados de los 1980s, han sido del PRI y del PAN.
El peligro para la clase media, por lo tanto, es que el PRI y el PAN sigan en el poder.
Si usted quiere evitar que su nivel de vida se deteriore, y si quiere que mejore, usted tiene un arma muy poderosa para hacerlo: el voto.
No para desaparecer a los ricos, sino para evitar que sigan abusando de la clase media.

Anexo 2
Monopolización de la economía mexicana
Reporte económico de David Márquez Ayala
http://vectoreconomico.com.mx/

México. Las 500 de Expansión (1/2) 28 de junio de 2010

La revista Expansión (CNN) publica en su número del 21 de junio su compendio anual de las 500 mayores empresas que operan en México y que tienen información accesible. Las ventas agregadas de estas compañías, destaca, no habían tenido una disminución desde la crisis de 1994, hasta 2009 “el peor año de la economía” en que las ventas de las 500 cayeron 8.0% y cancelaron 113 mil empleos. Del total, 289 son mexicanas y 211 extranjeras.


Como porcentaje del PIB (11.823 billones de pesos en 2009), las ventas netas de las 500 (8.303 billones) representaron el 70.2%, concentración de suyo excesiva que se hace más patente si consideramos que tan sólo las 156 empresas privadas con mayores ventas representan el 50% del PIB, esto es, la mitad de la producción anual de bienes y servicios en el país, y que muchas de ellas pertenecen a los mismos dueños o grupos.  

En nuestro listado sintético de las 22 empresas más importantes (con ventas de 80 mil millones de pesos o más) el valor de sus ventas representó el 35.2% del PIB; y quitando a las dos empresas públicas en este rango (Pemex y CFE) las ventas de las 20 mayores compañías privadas representaron el 24.1% del PIB. De las 20, siete son extranjeras y 13 mexicanas No obstante su enorme peso económico, las 500 sólo generan el 21.1% del empleo formal del país (trabajadores asegurados en el IMSS), las 22 generan el 8.7%, y las 20 privadas el 7.1%.


El sector servicios en las 500
Telecomunicaciones.- De las 500, 15 empresas realizan esta actividad (11 mexicanas y cuatro extranjeras), con ventas en 2009 por 840 mil millones de pesos, cifra de la cual las ocho mayores (Gráfico 2) representaron el 98.2%; las cuatro mayores (América Móvil, Telcel, Telmex y Telmex Internacional) 89.1%; y la primera de ellas el 47.0%.

Servicios financieros.- De las 500, 76 empresas corresponden a este segmento (49 mexicanas y 27 extranjeras), con ventas totales de 780 mil millones. Sin considerar en las 12 mayores a las cuatro instituciones públicas listadas (Infonavit, Nafin, Banobras y Sociedad Hipotecaria Federal), las ocho mayores privadas ingresaron recursos por 478 mil millones de pesos, el 62.5% del total; de estas ocho, cinco son extranjeras incluyendo a las tres dominantes (BBVA Bancomer, Banamex y Santander) y tres mexicanas.

Seguros y Fianzas.- De las 500, 43 empresas integran este segmento (23 mexicanas y 20 extranjeras). Unicamente las seis mayores representan el 57.5% de las ventas (37.2% de cuatro extranjeras y 20.2% de dos mexicanas).


Comercio autoservicio.- De las 500, nueve realizan esta actividad (siete mexicanas y dos extranjeras). Las ventas totalizaron 557 mil millones en 2009 monto del cual las seis mayores representan el 97.1%, y sólo una, Wal-Mart, el 48.6%


Comercio departamental.- De las 500, ocho empresas (siete de ellas mexicanas) pertenecen a este segmento, y sus ventas fueron de 181 mil millones, monto del cual las tres mayores concentran el 66.5%.


Medios.- De las 500, 14 empresas integran este segmento (12 mexicanas y dos extranjeras). La compañía absolutamente dominante es Televisa con el 51.5% del mercado como empresa eje, y con el 73.4% si se adicionan las otras cuatro empresas del grupo listadas en las 14 (Sky. Cablevisión, Cablemás y Editorial Televisa).


México. Las 500 de Expansión (2/2) 5 de Julio, 2010

De las actividades industriales que abarca el reporte 2010 de Expansión sobre las 500 mayores empresas que operan en México, hemos seleccionado 14 de la industria manufacturera:  

Alimentos.- De las 500 empresas, 25 procesan alimentos (17 mexicanas y ocho extranjeras) y el valor de sus ventas ascendió en 2009 a 439 mil millones de pesos. De ellas, las seis mayores concentran el 71% del mercado.


Bebidas y cervezas.- 13 de las 500 elaboran estos productos de gran consumo en México (siete mexicanas y seis extranjeras) con ventas por 562 mil millones. Las cinco mayores (incluyendo a la Cervecería Cuauhtémoc recién vendida a la holandesa Heineken) representan el 84% de las ventas. De las pequeñas, Big Cola (Perú) representa el 1.3% de las ventas, la Cooperativa Pascual (México) el 1.0%, y Peñafiel (Reino Unido) el 0.8%.


Armadoras.- A la producción terminal de vehículos se dedican 14 de las 500, todas ellas extranjeras, con ventas en 2009 (año depresivo) de 525 mil millones de pesos. Las siete mayores empresas representan el 93% de estas.


Automotriz y autopartes.- De las 500, 16 pertenecen a este segmento (cuatro mexicanas y 12 extranjeras). Sus ventas fueron de 123 mil millones, de los cuales el 61% fueron de las cuatro empresas mayores.


Cemento y materiales. Cinco de las 500 se dedican a estos productos (dos mexicanas y tres extranjeras), con ventas por 229 mil millones de pesos. La mayor empresa, Cemex, tiene el 86% del mercado.


Química y petroquímica.- De las 500, 17 están en este segmento (siete mexicanas y 10 extranjeras) con ventas totales de 152 mil millones. Las nueve mayores representan el 88% de las ventas y sólo las dos más grandes el 56%.

Vidrio y envases.- Unicamente tres de las 500 se dedican a esta producción, una mexicana (Vitro) con el 83% del mercado y dos extranjeras. Las ventas totales fueron de 29 mil millones de pesos en 2009.

Siderurgia y metalurgia.- En esta actividad se ubican ocho de las 500 (seis mexicanas y dos extranjeras) con ventas de 151 mil millones. De éstas, las seis mayores tienen el 96% del mercado y la más grande, Ternium (Luxemburgo) el 30%.


Química farmacéutica.- A esta importante rama pertenecen 14 de las 500 empresas, sólo una de las cuales es mexicana (Genomma Lab) y realiza el 5.3% de las ventas totales (84 mil millones). Las ocho mayores representan el 73%.


Electrónica.- De las 500, seis se ubican en este segmento, todas ellas extranjeras. Sus ventas ascienden a 140 mil millones, el 92% de los cuales corresponden a las cuatro mayores.


México. Las 500 de Expansión (2010) 11 de Julio, 2011

En su compendio anual de las “500” mayores empresas que operan en México, Expansión señala que en 2010 hubo una recuperación generalizada de éstas tras el fatídico año previo. Las ventas de las 500 ascendieron a 9.219 billones de pesos, con un crecimiento real, descontada la inflación, de 6.6% sobre 2009, aunque cabe recordar que por la variabilidad de las empresas enlistadas (fusiones, cierres, nuevas inclusiones, salidas) las cifras acumuladas del año no son estrictamente comparables con las de otros años, aunque sí una valiosa referencia.

Ventas.- Del total mencionado de ventas de las 500 en 2010 (9.219 billones), el 18.9% (1.746 b) correspondió a las 21 empresas o entidades públicas incluidas en el listado, y el 81.1 (7.473 b) a las 479 empresas privadas. De estas, las 267 registradas como mexicanas vendieron el 48.6% del total y las 212 extranjeras el 32.5.


Considerando únicamente al 10% de las 500 empresas hemos preparado un segmento de las 50 mayores privadas + las 3 mayores públicas. Separar ambas nos parece pertinente pues la lógica operativa de las empresas públicas es distinta de las privadas. Pemex, por ejemplo, tiene por mucho las mayores ventas, pero también un régimen fiscal especial que le quita la mitad de sus ingresos y la deja sin utilidades por así convenir al país; tampoco la CFE ni el Infonavit deben operar con miras a maximizar sus utilidades, sino a optimizar un servicio público con la mayor eficiencia y el menor costo posible.


Si las ventas de las 500 equivalen al 70.5% del PIB, las de éstas 53 equivalen por sí solas a 47.6, casi la mitad del PIB. A este último porcentaje concurren las tres empresas públicas con el 12.4 y las 50 privadas con el 35.2%.


Empleo.- En 2010, las 500 representaron 3 millones 415 mil empleos, 15.7% más de los 2 millones 950 mil de las 500 de 2009 (RE 28 / jun / 2010).


Del total de empleos, 204 mil (6%) fueron de empresas públicas y 3 millones 211 mil (94%) de privadas.


Utilidades.- La utilidad acumulada de operación de las 500 ascendió a 1 billón 281 mil millones de pesos en 2010, de los cuales 768 mil millones correspondieron a las 479 empresas privadas.



Si de estos 768 mil millones se pagó el 30% correspondiente al Impuesto sobre la Renta (ISR empresarial), dichas empresas privadas aportaron por sí solas 230 mil millones al fisco por este concepto, el 1.76% del PIB. Lamentablemente, este porcentaje no se puede validar pues México es el único país de la OCDE que no separa el ISR empresarial del ISR personal y sólo se conoce una cifra integrada del ISR recaudado por ambos conceptos, que es, por cierto, bajísima: el 5.0% del PIB que capta México es apenas dos quintas partes del 12.6 que los países de la OCDE recaudan en promedio por ISR integrado, y no se diga si se compara con lo que captan países como Nueva Zelanda (18.2% del PIB), Israel (18.4), Noruega (21.6), o Dinamarca (28.6%).




Anexo 3

Interrelación personal del Estado y los consorcios

Fragmento de Los rescates sólo benefician a los bancos, artículo de Marco Appel en la Revista Proceso, núm. 1843, del 26 de febrero de 2012, pág. 49

“En su libro [La finanza imaginaria. Anatomía del capitalismo: de los mercados financieros a la oligarquía, Geoffrey] Geuens evoca una reunión del Foro Progresista Global (GPF, por sus siglas en inglés), celebrada en abril de 2009 en Bruselas, que fue dedicada al análisis de la crisis. Ese foro se creó gracias a una iniciativa conjunta del Partido Socialista Europeo y de la Internacional Socialista, y lo dirige el español Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo y exministro en su país de Trabajos Públicos, Transportes, Medio Ambiente y Telecomunicaciones. Borrell, remarca Geuens, también es administrador del conglomerado Abengoa, que opera en el campo de las energías renovables, las telecomunicaciones y la construcción de infraestructura.

“Comenta: 'En la sesión plenaria, titulada «Políticas progresistas para la globalización», participaron Bill Clinton, exasociado del magnate estadunidense Ron Burkle en su firma de inversiones Yucaipa y del sheik de Arabia Saudita y esposo de la actual secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien fuera ejecutiva de Wal Mart; Howard Dean, excandidato demócrata a la elección presidencial estadunidense y consejero de la firma de negocios McKenna Long & Aldridge, y Poul Rasmussen, líder del gobierno danés (1993-2001) y expresidente del GPF, que entró en la historia de su país por haber realizado el más ambicioso programa de privatizaciones que haya conocido Dinamarca en el siglo XX'.

“Rasmussen, continúa el profesor, 'actualmente preside el Partido Socialista Europeo y es parte del Policy Network, un «tanque de pensamiento» cercano al primer ministro laborista Tony Blair y dirigido por Lord Mandelson, excomisario de Comercio de la UE que ahora trabaja para el banco Lazard. Rasmussen es también miembro del Consejo Consultor del European Policy Centre, controlado por Peter Sutherland (presidente de Goldman Sachs, expresidente de British Petroleum y exmiembro de la dirección de Investor) y Lord Kerr, antiguo secretario general de la Convención Europea (que redactó la llamada Constitución de la UE), quien luego se convirtió en vicepresidente de la petrolera Shell'.

“Geuens se muestra escéptico ante las comisiones y grupos de expertos que, desde 2008, diversos políticos han creado con el objetivo de regular el mundo financiero. 'Quieren regular únicamente limitando los excesos. Se pueden instaurar comisiones de regulación a nivel belga, del Banco Central Europeo o la banca internacional, pero nada cambiará si las fuerzas políticas representadas en esas instituciones son las mismas que han construido el mercado europeo, trasatlántico e internacional. Es querer convertir a los pirómanos en bomberos'.

Pone algunos ejemplos. En 2008, la Comisión Europea designó al francés Jacques de Larosière como presidente de un grupo de vigilancia y de redacción de una nueva normativa financiera. Larosière fue director general del Fondo Monetario Internacional (1978-1987), gobernador del Banco de Francia (1987)-1993) y presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (1993-1998). sin embargo, al momento de preparar su reporte ejercía como consejero privado del presidente del grupo bancario francés BNP Paribas, Michel Pebéreau, y ocupaba un puesto de dirección en la firma financiera BMB Group, propiedad de varios sultanes y jeques.

“En 2009, el gobierno belga eligió al barón Alexandre Lamfalussy para dirigir el Alto Comité para una Nueva Arquitectura Financiera. El barón había presidido el comité de dirección del Banco de Bruselas, fue director ejecutivo del Banco Bruselas Lambert (BBL, adquirido por el banco holandés ING), director del Banco de Reglamentos Internacionales y presidente del Instituto Monetario Europeo. Geuens recuerda que Lamfalussy también dirigió el comité internacional del banco belga Fortis (adquirido tras una crisis por BNP Paribas) y la aseguradora CNP Assurances.

“Algunos miembros de ese 'comité independiente' eran Geert Noels, jefe economista de la sociedad de gestión financiera Petercam, fundador del fondo financiero Crelan Fund EconoFuture y actual director de la compañía privada de gestión Econopolis; Peter Praet, economista en jefe de Fortis y director del banco Nacional de Bélgica, y Daniel Gros, quien presidía la firma de gestión de activos San Paolo IMI Asset Management, además de dirigir el Centro Europeo de Estudios Políticos, espacio de reflexión presidido por el exnúmero dos de Citybank Onno Ruding.”